63.- EPISTOLARIO SEMO
Mi muy querida mamá:
Hoy recibí tu carta dándome noticias de mis libros, y créeme
que se me alegró el corazón. Del correo me escribieron y decían que lo sentían
mucho pero que ellos no podían condonar los derechos pues fue la aduana la que
los cargó, que me dirija a la aduana, cosa que voy a hacer. Del express me
escribieron también y decían que es absolutamente imprescindible que presente
el pasaporte para poder sacar las cajas, así que van a guardarlas hasta que yo
vaya a la oficina en Nuevo Laredo y presente el pasaporte; cuando menos, estoy
tranquila pues sé que están seguras. Como estaba tan preocupada por los libros,
pedí aquí en el correo que averiguaran si se habían perdido, así que si te
preguntan algo, ya sabes qué es. Total, ya nada más queda pendiente lo del
tigre, y si no logramos que me lo entreguen sin pagar nada, lo mejor será
dejarlo perder pues no vale la pena.
No creas que no me he arrepentido de haber mandado las
cosas, pero Miss Cleaver, Mrs. Estes y las demás señoras tanto m dijeron que
mandara las cosas por adelantado, que me convencieron. Además, tanto en el
correo como en el express me aseguraron que no habría ningún problema, así que
me arriesgué, Ahora ya no tiene caso llorar por lo que sucedió, sino atenerme,
en el futuro, a lo que yo sé a pesar de
lo me digan las gentes.
Como te digo en mi anterior, recibí una carta del Consulado
donde me dicen que no debo tener dificultades para cruzar la frontera, cosa que
así espero. Me da tristeza saber que no puedes venir a encontrarme, pero yo
dudaba mucho que pudieras hacerlo pues sabía cómo anda la situación. Ni modo,
otra vez se nos hará venir juntas a la frontera juntas. Ahora nada más te pido
que le ruegues mucho a Nuestro Señor que me con bien y sin dificultades.
El otro día había un barco aquí, en Cape, igual a los que se
usaban en el siglo pasado para viajar. Venía de Cincinnati y traía mucha gente
de excursión. Era muy grande, con tres cubiertas, blando, y con las ruedas de
paleta al frente. Parecía ser muy viejo, aunque bien conservado. Me recordó lo tiempos
de Scarlet, la de Lo que el viento se
llevó. En la noche tuvieron baile y hasta acá se oía la música. E. río ha
crecido muchísimo por tantas lluvias y parecía que iba a desbordarse y a
inundar Cape. De veras que se veía majestuoso con tanta agua. Me acuerdo cuando
llegué qué impresión me causó ver el Mississippi, y ahora lo veo como cosa de
todos los días, aunque no deja de llamar la atención.
Este fin de semana lo voy a pasar en Jackson, con Carol
Mackey. Tenemos pensado ir a andar en bicicleta y a nadar, además de lavar,
planchar y estudiar.
Me imagino que en las fotos que te mandó Sharon Sanders debe
estar hecha un soberano monstruo, debido a mi “esbeltez”. No creas que no he
tratado de reducir, pero ¡es tan difícil en el dormitorio! No quería llegar tan
gorda, pero creo que no voy a poder evitarlo.
Qué bueno que Mamá Pina haya estado bien y tú también. Ahora
creo que se me calmarán los nervios un poco mas sabiendo que están bien.
Ya no tengo nada más que platicarles, así que les mando un
abrazo muy apretado. Recibe el cariño de tu hija que anhela verte,
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