martes, 10 de junio de 2014

Hermanas. Comentando la fotografía

HERMANAS

Mi abuela y sus hermanas, o sea,  mis  tías abuelas, se tomaron esta fotografía en 1908. La presenté en un concurso junto con la leyenda adjunta y gané el primer premio.  



Elegantemente vestidas, seis hermanas acuden en junio de 1908 al estudio Luz y Sombra, de don Jesús García, para que la lente del fotógrafo grabe su imagen. Todavía ninguna se ha casado y el país aún disfruta de la paz porfiriana.  Todas están vestidas acorde con los dictados de la moda de la época: cinco, en colores claros y sólo una, que tampoco ha escrito su nombre, viste de color negro. Cada una lleva una medalla y sus obscuros cabellos están  recogidos en sendos chongos.  Cinco han estampado sus nombres: Josefina, Luz, María, Concepción y Guadalupe. María apoya su cabeza en el hombro de Concepción como buscando protección. ¿Por qué la bella mujer del vestido negro prefirió el anonimato? ¿Deseaba que inventáramos su nombre y su historia?

En el extremo izquierdo vemos a Josefina, quien se convirtió en mi abuela materna, y a quien sus cincuenta y nueve nietos llamamos siempre Mamá Pina. De expresión seria, mas no adusta, sus ojos nos hablan un poco de su forma de ser: firme, valiente, generosa. En el extremo opuesto aparece Guadalupe, la media hermana amada como si hubiera nacido de la misma madre, y que pocos años después casaría con Emilio.

El fotógrafo ha decidido jugar con la luz e introduce una franja negra en la parte inferior de la fotografía que no nos permite apreciar el resto de los vestidos y, al mismo tiempo, crea un elemento de misterio para quienes admiramos su foto un siglo después. ¿Por qué escogió hacer así esta foto? ¿Presagiaba el color negro la tormenta que se avecinaba y que cambiaría sus vidas?