EPISTOLARIO SEMO.- 50
Cape Girardeau, Mo., 24 de mayo de 1958
Mi querida mamá:
Ayer recibí tu carta y
verdaderamente es imposible que haga algo de lo que tú sugieres; la única forma
de que yo pudiera viajar sería si alguna de las señoras me invitara y me pagara
todos los gastos pues yo no tengo dinero para nada. Nada más de aquí a Chicago
el viaje redondo cuesta $20.00 y eso no es ni la mitad del camino a Washington,
así que el puro boleto sería cerca de $40.00 o $50.00 dólares y recuerda que yo
nada más tengo $75.00 dólares para vivir los meses que me quedan, comprar una
petaca y regresar a México, Casi nada, ¿verdad?
Creo que no tienes idea de lo que
ha subido la vida en los Estados Unidos; tienen un nivel de vida más elevado
que el nuestro pero todo es también más caro en comparación. Por ejemplo, el
cine cuesta $0.90, lo cual es muy caro aun para los americanos pues muchas de
las muchachas no van al cine porque no tienen con qué; las cocas colas, $0.10,
una manzana, $0.20, naranjas, por las nubes y así todo por el estilo. Los domingos en la tarde que tenemos que
comer fuera a veces no sabemos ni qué pedir pues todo lo bueno es un dólar o
más. Lo único barato son las hamburguesas y hot dogs, de los cuales ya estamos
casi hartas. Aun los sándwiches cuestan $0.40 o más y te los sirven sin
ensalada.
Lo de la ropa no es tan mala idea
aunque vestidos de ese precio no es muy fácil conseguir. Creo que costearía más
en crinolinas y ropa interior pues eso es aquí lo más barato. En estos tiempos,
la mayoría de la gente cose sus vestidos pues con los patrones es muy fácil
hacerlo ya que un vestido bonito te cuesta $10.00 dólares o más, y haciéndolo
es mucho más barato. Si tú puedes conseguir dinero para eso estaría bueno
intentarlo aunque yo voy a tener dolores de cabeza tratando de llevar todos mis
triques. Imagínate que nada más una caja de cartón está llena de libros.
El miércoles pasado, en la noche, Mrs. Blue dio una fiesta en la
noche para las muchachas que se gradúan y, aunque yo no me gradúo, me invitaron
ya que éste es mi único año en los Estados Unidos. Las muchachas se quejan de
la encargada, pero lo cierto es que cuando ella quiere hacer algo bien hecho,
sabe cómo.
Fue una completa sorpresa.
Nosotras habíamos visto que había arreglado una mesa en la tarde pero todas
pensamos que iba a tener visitas. A eso de las 10:30 p.m. nos mandó a hablar a
cada una con una de las chicas sin decirnos para que nos quería, nada más que
deseaba vernos en su apartamento inmediatamente. Yo iba casi temblando pues la
orden fue tan súbita y creí que nos iba a regañar, pero nada de eso. Yo casi no
podía creerlo; la mesa estaba preciosa y tenía galletitas y sandwichitos
lindos. Éramos trece, pero aquí no son supersticiosos.
El domingo pasado fui a
Bloomfield y a Wappapello Lake con varias de las chicas que viven aquí en el
dormitorio. Éramos Sharon, Mickey, Sue, Kay, Mary Jo y yo. Fuimos como de día
de campo en el coche de los papás de Kay y nos divertimos muchísimo. No
llevamos traje de baño porque creímos que aún hacía mucho frío para nadar, y
luego nos pesó. Nos tocó un día primoroso y regresamos rendidas y hechas un
verdadero asco, pero muy contentas.
Hoy es el día que le vamos a dar
a Sonia su fiesta de despedida. Ella no sospecha nada y a mí se me hace que se
va a impresionar y a llorar porque ya se va y no nos volveremos a ver. Así es
la vida.
Ayer tuve mi primer examen y
estuvo muy difícil. Escribí como por tres horas y acabé, como dicen los gringos, brain washed. Ojalá que lo
pasara; fue francés.
Gracias por la carta de
Australia, Mamá, estaría bueno que comenzando agosto hiciéramos un poco la lucha
para ver si me conseguías un empleo pues así podría trabajar casi desde mi
llegada.
De acuerdo con mis planes, estaré
de regreso el 17 de agosto aunque no les voy a decir a qué hora para que sea
sorpresa.
Saludos a todos y recibe todo el
cariño de tu hija,
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