viernes, 16 de septiembre de 2016

Aspectos de un viaje de Eva Perón a España

CARTA A EVA

Éste es el título de una miniserie (sólo dos capítulos) sobre un episodio en la vida de Eva Perón. Se trata, como indican  los créditos, de una “ficción sobre un hecho real”, el viaje que realizó a España principalmente respondiendo a una invitación que Franco le hizo a Perón para visitar ese país ya que Argentina había enviado a España un gran cargamento de trigo que se necesitaba urgentemente para la alimentación del pueblo dado que el campo había quedado destruido por la guerra civil española. Perón delegó esta responsabilidad en su esposa. Además, el país sudamericano era el único que conservaba su embajada en Madrid.

 Recordemos que el general  Lázaro Cárdenas no sólo cerró la embajada sino que ayudó a emigrar a  muchos españoles, entre ellos destacados intelectuales que fortalecieron el profesorado de la Universidad Nacional Autónoma de México, además de un numeroso conjunto de niños que fueron enviados a Morelia.

La vida de Eva Duarte de Perón es fascinante y su muerte un enigma que creo que todavía no se resuelve. Nacida en Junín en 1919, fue hija natural de un hacendado argentino a la que no le permitieron ver a su papá cuando lo estaban velando en casa de su familia legítima.  Eva era alta, flacucha, de bonitas facciones y con el cabello obscuro. Cuando cursaba el sexto año, la directora la invitó a declamar un poema en la ceremonia de graduación. Ella escogió “La amada inmóvil”, del poeta mexicano Amado Nervo. Tuvo tanto éxito que la invitaron a declamar en la estación de radio local. A partir de ese momento decidió que quería ser actriz y no titubeó en hacer lo que fuera para lograrlo. Primero, se unió a grupos ambulantes pero al fin llegó a Buenos Aires.

Una vez en esta ciudad, Eva tuvo que sortear muchas dificultades y actuar en mínimos papeles, además de vivir con muchas penurias. Su suerte cambió una noche cuando se encontraba en el Luna Park, el famoso estadio cubierto en la ciudad de Buenos Aires. Ocupaba una butaca a la orilla del pasillo por donde pasó Perón. Entonces, se le ocurrió decirle: “Gracias por existir, Coronel”. Esta frase cambiaría su vida transformándola en la mujer en que se convirtió.

Es importante señalar que Eva tenía el pelo obscuro y que fue  su peluquero el que la transformó en rubia. En la novela Santa Evita, de Tomás Eloy Martínez, leemos textualmente: “Le fui aclarando el pelo poco a poco. Le acentué las tinturas. Fui peinándola cada vez con más sencillez porque estaba siempre apurada, Me costó trabajo convencerla, porque había andado toda la vida con el pelo suelto. Cuando se quiso acordar, Evita ya era otra. Yo la hice –repitió- Yo la hice. De la pobre minita que conocí cerca del Mar del Plata hice una diosa. Ella ni se dio cuenta”. Y es verdad: Eva Perón, ya transformada en rubia, y  peinada  con chongos (moños) de distinto estilo, adquirió otra personalidad.  Su alta estatura y su esbelta figura contribuían a embellecer su presencia.

Volviendo a la serie que comentamos, lo interesante es el contraste entre dos mujeres tan diferentes y no sólo por su aspecto físico y por la edad. Eva es elegante y atrevida en algunos modelos en tanto que Carmen Franco aparece vestida siempre de colores obscuros, adornados con encajes, con manga larga y cuello alto. Además, es de menor estatura que Eva, lo que la perjudica más.

En cuanto a sus preocupaciones políticas, es bien sabido que Eva tomó en sus manos la causa de los pobres, a los que llamaba descamisados, y con quienes se reunía a desayunar, además de proveerlos de todo lo que le era posible. Por el contrario, Carmen Franco hubiera preferido que todos los obreros, a quienes llamaba comunistas y por los que sentía un odio feroz, hubieran desaparecido de la faz de la tierra. Además, quería solucionar todo con oraciones y confesiones con el sacerdote.

Se llama “Carta a Eva” porque un chico se atreve a escribir una carta y a llevársela a Eva solicitando que se le perdone la pena de muerte a su madre que se ha atrevido a poner un pequeño explosivo en la puerta de la embajada argentina. Eva se queda con la carta y exige al embajador que se consiga lo que el chico solicita. Cuando ya parece que todo está perdido, Eva se rehúsa a cumplir con una petición de Franco a menos que se retire la pena de muerte.  

La actriz argentina que encarna a esta famosa mujer de modo magistral, en mi opinión, es la actriz argentina, Julieta Cardinali,  y la que da vida a Carmen, la esposa de Franco, es la española  Ana Torrent, que también desempeña muy bien su difícil papel. La activista que coloca la bomba es la famosa actriz española Carmen Maura.

La temprana  muerte de Eva Perón  por causa del cáncer (tenía apenas 35 años)  provocó un gravísimo problema. Como se temía que la sepultura fuera profanada en busca de una reliquia, no fue enterrada sino embalsamada y colocada en un ataúd de madera confiado a la vigilancia militar. Posteriormente, se decidió enterrarla en Italia, por lo que fue enviada a ese país con un nombre supuesto. Después de muchos años se decidió regresar sus restos a Argentina y está sepultada en el cementerio de La Recoleta bajo tres planchas de acero y con una reja.  

Quizá algunos recuerden con gusto la obra musical Don’t cry for me, Argentina, canción cuya música fue compuesta por Andrew Lloyd Weber y la letra por Tim Rice. La obra se basa en un emotivo discurso pronunciado por Evita luego que Perón fue electo presidente. La obra  fue interpretada por varios cantantes y representada en distintos países.

Parte de la información de este texto procede de la novela Santa Evita, del escritor argentino Tomás Eloy Martínez,  quien también escribió un libro titulado La novela de Perón, que todavía no he podido conseguir. 

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