CARTA A EVA
Éste es el título de una
miniserie (sólo dos capítulos) sobre un episodio en la vida de Eva Perón. Se
trata, como indican los créditos, de una
“ficción sobre un hecho real”, el viaje que realizó a España principalmente
respondiendo a una invitación que Franco le hizo a Perón para visitar ese país
ya que Argentina había enviado a España un gran cargamento de trigo que se
necesitaba urgentemente para la alimentación del pueblo dado que el campo había
quedado destruido por la guerra civil española. Perón delegó esta
responsabilidad en su esposa. Además, el país sudamericano era el único que
conservaba su embajada en Madrid.
Recordemos que el general Lázaro Cárdenas no sólo cerró la embajada
sino que ayudó a emigrar a muchos
españoles, entre ellos destacados intelectuales que fortalecieron el
profesorado de la Universidad Nacional Autónoma de México, además de un
numeroso conjunto de niños que fueron enviados a Morelia.
La vida de Eva Duarte de Perón es
fascinante y su muerte un enigma que creo que todavía no se resuelve. Nacida en
Junín en 1919, fue hija natural de un hacendado argentino a la que no le
permitieron ver a su papá cuando lo estaban velando en casa de su familia
legítima. Eva era alta, flacucha, de
bonitas facciones y con el cabello obscuro. Cuando cursaba el sexto año, la
directora la invitó a declamar un poema en la ceremonia de graduación. Ella
escogió “La amada inmóvil”, del poeta mexicano Amado Nervo. Tuvo tanto éxito
que la invitaron a declamar en la estación de radio local. A partir de ese
momento decidió que quería ser actriz y no titubeó en hacer lo que fuera para
lograrlo. Primero, se unió a grupos ambulantes pero al fin llegó a Buenos
Aires.
Una vez en esta ciudad, Eva tuvo
que sortear muchas dificultades y actuar en mínimos papeles, además de vivir
con muchas penurias. Su suerte cambió una noche cuando se encontraba en el Luna
Park, el famoso estadio cubierto en la ciudad de Buenos Aires. Ocupaba una
butaca a la orilla del pasillo por donde pasó Perón. Entonces, se le ocurrió
decirle: “Gracias por existir, Coronel”. Esta frase cambiaría su vida
transformándola en la mujer en que se convirtió.
Es importante señalar que Eva
tenía el pelo obscuro y que fue su
peluquero el que la transformó en rubia. En la novela Santa Evita, de Tomás Eloy Martínez, leemos textualmente: “Le fui
aclarando el pelo poco a poco. Le acentué las tinturas. Fui peinándola cada vez
con más sencillez porque estaba siempre apurada, Me costó trabajo convencerla,
porque había andado toda la vida con el pelo suelto. Cuando se quiso acordar,
Evita ya era otra. Yo la hice –repitió- Yo la hice. De la pobre minita que
conocí cerca del Mar del Plata hice una diosa. Ella ni se dio cuenta”. Y es
verdad: Eva Perón, ya transformada en rubia, y
peinada con chongos (moños) de
distinto estilo, adquirió otra personalidad. Su alta estatura y su esbelta figura contribuían
a embellecer su presencia.
Volviendo a la serie que
comentamos, lo interesante es el contraste entre dos mujeres tan diferentes y
no sólo por su aspecto físico y por la edad. Eva es elegante y atrevida en
algunos modelos en tanto que Carmen Franco aparece vestida siempre de colores
obscuros, adornados con encajes, con manga larga y cuello alto. Además, es de
menor estatura que Eva, lo que la perjudica más.
En cuanto a sus preocupaciones
políticas, es bien sabido que Eva tomó en sus manos la causa de los pobres, a
los que llamaba descamisados, y con quienes se reunía a desayunar, además de
proveerlos de todo lo que le era posible. Por el contrario, Carmen Franco
hubiera preferido que todos los obreros, a quienes llamaba comunistas y por los
que sentía un odio feroz, hubieran desaparecido de la faz de la tierra. Además,
quería solucionar todo con oraciones y confesiones con el sacerdote.
Se llama “Carta a Eva” porque un
chico se atreve a escribir una carta y a llevársela a Eva solicitando que se le
perdone la pena de muerte a su madre que se ha atrevido a poner un pequeño
explosivo en la puerta de la embajada argentina. Eva se queda con la carta y
exige al embajador que se consiga lo que el chico solicita. Cuando ya parece
que todo está perdido, Eva se rehúsa a cumplir con una petición de Franco a
menos que se retire la pena de muerte.
La actriz argentina que encarna a
esta famosa mujer de modo magistral, en mi opinión, es la actriz argentina, Julieta
Cardinali, y la que da vida a Carmen, la
esposa de Franco, es la española Ana
Torrent, que también desempeña muy bien su difícil papel. La activista que
coloca la bomba es la famosa actriz española Carmen Maura.
La temprana muerte de Eva Perón por causa del cáncer (tenía apenas 35
años) provocó un gravísimo problema.
Como se temía que la sepultura fuera profanada en busca de una reliquia, no fue
enterrada sino embalsamada y colocada en un ataúd de madera confiado a la
vigilancia militar. Posteriormente, se decidió enterrarla en Italia, por lo que
fue enviada a ese país con un nombre supuesto. Después de muchos años se
decidió regresar sus restos a Argentina y está sepultada en el cementerio de La
Recoleta bajo tres planchas de acero y con una reja.
Quizá algunos recuerden con gusto
la obra musical Don’t cry for me,
Argentina, canción cuya música fue compuesta por Andrew Lloyd Weber y la
letra por Tim Rice. La obra se basa en un emotivo discurso pronunciado por
Evita luego que Perón fue electo presidente. La obra fue interpretada por varios cantantes y
representada en distintos países.
Parte de la información de este
texto procede de la novela Santa Evita,
del escritor argentino Tomás Eloy Martínez, quien también escribió un libro titulado La novela de Perón, que todavía no he podido conseguir.
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