DOWNTON ABBEY
Se trata de una serie inglesa transmitida por el Canal Once
los domingos, a las 9:00 p.m. (que es la hora a la que yo la veo), por los
canales abiertos. Va en el sexto capítulo y no la vi desde el principio. Ahora
me ha interesado mucho no por los vestidos de las señoras que son
extraordinarios (la producción debe de haber gastado una fortuna en ellos y en
los muebles del castillo) sino por el conflicto en las clases sociales que de
una manera muy discreta empieza a surgir. La historia ocurre a principios del siglo
veinte; por ejemplo, se aprecia el impacto que el hundimiento del Titanic tanto en los señores como en la
servidumbre porque ellas piensan especialmente en toda esa gente que ocupaba
la tercera clase y que ni siquiera tuvo
la oportunidad de subir a cubierta porque los encerraron en su sección. Otra
circunstancia que nos permite situarla en esos años es que apenas empieza la
luz eléctrica, que es rechazada tajantemente por la abuela aferrada al pasado y
renuente a los cambios, quien decide que la iluminación debe ser siendo a base
de candelabros y velas.
Se trata de la numerosa familia Crawley que habita en un
fabuloso castillo. Por supuesto, cuenta con una también numerosa servidumbre:
el mayordomo, el ama de llaves, una doncella para cada señorita, una para la
señora, un valet para cada señor, chofer, cocinera, ayudantes de cocina, jardineros y todos los que se puedan necesitar
para distintos menesteres. La familia suele organizar cacerías (suponemos que
de zorros) cuando es la temporada y las mujeres montan en albarda (silla para
las mujeres que van de lado) con gran destreza. Los caballos son
extraordinarios y la jauría de perros va acorde con las circunstancias.
Aunque todo parezca que marcha como sobre ruedas, no es así.
Por ejemplo, entre las doncellas hay una que tomó un curso de mecanografía (a
escondidas) para buscar otro tipo de empleo. Cuenta con el apoyo de la más
joven de las hijas de la familia que la ayuda a conseguir la entrevista en una
empresa, pero finalmente es rechazada. Esta joven mujer está en contra del uso
del corset, se interesa por el sufragio femenino y le gustaría votar, lo que
escandaliza a la abuela, espléndidamente interpretada por Maggie Smith. Entre los valets existe uno que
toca el piano y al que le encantaría estudiar música, pero su falta de dinero
se lo impide.
El ama de llaves que, en su juventud, prefirió tener ese
empleo y la conveniencia de tener un techo y comida seguros por lo que rechazó
a un pretendiente que sólo era un granjero, se lo vuelve a encontrar en una
feria cuando ella tiene ya más de cuarenta años. Él enviudó y su hijo murió en la guerra, por
lo que es viudo y vuelve a proponerle matrimonio. Ella se inquieta y todavía no
sabemos si se atreverá a renunciar a su puesto en el castillo para no estar
sola en la vejez y disfrutar de una vida diferente con libertad.
Por el contrario, quien está muy satisfecho y orgulloso de
su trabajo como mayordomo es Carson, que vigila sin cesar que toda la
servidumbre cumpla a la perfección con sus tareas. Otro personaje interesante
es Thomas, que fue suboficial del
ejército y precisamente al servicio del señor Crawley, quien tuvo que
retirarse porque fue herido. Es aceptado en Downton Abby como valet a pesar de
las protestas de Carson porque cojea y le cuesta mucho esfuerzo subir y bajar
escaleras, lo que le impediría ser un eficiente valet, porque el señor Crawley
lo recuerda con agradecimiento y lo defiende.
Quien en estos momentos vive una situación sumamente difícil
es Mary, la hija mayor del matrimonio (que no tuvo un hijo varón), porque ha
fallecido el abuelo, quien tenía el derecho al estate (castillo, tierras, animales, joyas y dinero) que no puede
heredar Mary porque quien aportó una dote formidable para aumentar la riqueza
familiar fue su madre y que, en estas circunstancias, debe pasar a las manos de
un varón.. Según las leyes inglesas de esa época quien debe recibir toda la
herencia es un primo lejano que le disgusta a Mary, quien está reacia a contraer matrimonio con
él. Los televidentes no sabemos si finalmente ella se someterá a la tradición o
si, arriesgando su futuro y sabedora de que dejarán de ser los dueños absolutos
de todas sus posesiones, se arriesgará a rechazar al primo.
Las series y las películas inglesas siempre han sido
interesantes porque están realizadas con sumo esmero. Downton Abby no es la
excepción.
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