martes, 9 de febrero de 2016

Escritores famosos durante la primera mitad del siglo veinte.

AUTORES DEL 450
La ciudad de Durango celebró el 450 aniversario de su fundación en 2013. Ese año se inauguró la Plaza Fundadores, en la esquina de 5 de Febrero y Bruno Martínez, y hubo otras celebraciones. Entre ellas, se proyectó reimprimir a varios autores famosos de Durango durante la primera mitad del siglo veinte. Nos convocaron a varios escritores contemporáneos para que cada uno se ocupada de escribir el estudio introductorio de algún libro. Lo triste del asunto es que el proyecto debió iniciarse dos años antes para que los libros estuvieran listos el 8 de julio de 2013. No fue así. La presentación formal se hizo apenas en 2015. Claro que uno de los obstáculos que impidió la realización del proyecto fue que se atravesó la celebración del centenario del nacimiento de José Revueltas ocurrido el   de 1914 y se dio preferencia a la publicación de sus obras completas.

Los autores escogidos, así como sus libros, fueron los siguientes:

Francisco Castillo Nájera
El Gavilán

Antonio Estrada
La sed junto al río

Xavier Icaza

Panchito Chapopote
Ladislao López Negrete

Fuego en la cumbre

Martín Gómez Palacio

El mejor de los mundos posibles

Miguel González Avelar

Palindromía

Gabriel Ibarra Guerrero
Relatos intrascendentes

Anastasio G. Saravia

Cuatro siglos de una hacienda

Francisco Zarco

Varios textos periodísticos

Antonio Gaxiola

Tras la huella de Anatolio
Everardo Gámiz

Costumbres durangueñas

Alejandro Martínez Camberos

Ciudad y canto

Olga Arias

Del inexpresable sentimiento

Beatriz Quiñones

De sirenas trásfugas y otros seres provocadores


Rafael Hernández Piedra

A la orilla del poema

María Elvira Bermúdez

Cuentos presuntamente completos, tomos I y II


A mí me tocó en suerte ocuparme de Ladislao López Negrete y de su obra Fuego en la cumbre, que ya comenté anteriormente. Vale ahora la pena detenerse un poco en  otros autores. 

El corrido grande El Gavilán, escrito en versos octosílabos y en el español popular de Durango hablado a finales del siglo XIX, fue escrito en 1934 cuando su autor ocupaba un puesto diplomático en la embajada de México en Francia. En opinión del crítico Ermilo Abreu Gómez se asemeja mucho al corrido  Martín Fierro, del argentino José Hernández, porque “ambos se ciñen al impulso de condiciones étnicas semejantes (…) Se trata de dos corridos grandes de tipo popular-erudito”.  

Antonio Estrada es mejor conocido por su novela  Rescoldo. Los últimos  cristeros (1961) donde relata esa etapa de la guerra cristera en Durango y la muerte de su padre Florencio Estrada. Tanto en esa novela como en La sed junto al río (novela seleccionada para esta colección) encuentro, como lo escribí  en mi antología Durango. Una literatura del desarraigo (1991)  que “quizá sea Estrada Muñoz el más localista y apegado a su terruño: la región habitada por los tepehuanes donde vivió su niñez y sus años más felices”.

Correspondió a Jaime Muñoz Vargas escribir el estudio introductorio de una novela poco conocida: Panchito Chapote (1921), del escritor durangueño Xavier Icaza (Durango, Dgo., 1882-Xalapa, Veracruz, 1969) que muchos críticos literarios consideran como veracruzano porque parece que nunca regresó  a su tierra natal.

Escribe Muñoz Vargas que esta novela (que Icaza llamaba retablo)  es la historia “de este personaje veracruzano que pasa de pobre a rico gracias a que vende una propiedad donde hay petróleo”. Además, cita a varios críticos literarios que consideran a esta obra como la única novela de la corriente literaria conocida como el estridentismo.

En sus Relatos intrascendentes (1945), el doctor Gabriel Guerrero Ibarra narra sus experiencias como médico que cumple con su servicio social en el poblado de Nombre de Dios, hoy muy cerca de la ciudad de Durango, pero, en aquellos años, alejado por la carencia de medios de comunicación. El escritor Óscar Jiménez Luna señala –y estoy de acuerdo con su punto de vista- que en estos relatos hay muchos pasajes que recuerdan a Rulfo. Sin embargo, después de este libro el Dr. Guerrero Ibarra se interesó más por el cine por lo que escribió muchos guiones para los filmes mexicanos.

Sólo tres mujeres fueron seleccionada para esta colección de Autores del 450: Beatriz Quiñones (cuentista y poeta, además de periodista), Olga Arias (nacida en Toluca, pero arraigada en Durango donde descansan sus restos mortales) y María Elvira Bermúdez, abogada, cuentista, novelista y ensayista, además de ser la primera mujer en escribir relatos del género policiaco.

Desconozco cuál ha sido el destino de estos libros. Tuve la fortuna de que el Instituto de Cultura me obsequiara una colección completa, pero no sé si estarán disponibles para que cualquier lector pueda adquirir uno o si en la Biblioteca Central, en el barrio del Calvario, existe un colección completa al alcance de cualquier lector que deseé consultarla.   

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