sábado, 27 de febrero de 2016

Mueren Umberto Eco y Harper Lee

MUEREN UMBERTO  ECO Y HARPER LEE EL MISMO DÍA

Curiosamente, el destino quiso que dos destacadísimos escritores Umbertp Eco, italiano, y Harper Lee, estadounidense, fallecieran el mismo día. Eco escribió muchos libros, no sólo novelas, pero fue precisamente El nombre de la rosa (1980) la que lo llevó a la fama. Harper Lee publicó en 1960 una novela que me parece trascendental para  los anales de la literatura de los Estados Unidos,  Kill a Mocking Bird, traducida al español como Para matar a un ruiseñor.

Filósofo, semiólogo y novelista, Umberto Eco nació en Alessandria,  Piamonte, en 1932 y falleció en Milán este año el 19 de febrero. Su novela ya mencionada le abrió las puertas de la literatura universal y del cine. La edición en español es un poco farragosa porque incluye las numerosas citas en latín que incluyó Eco. En la edición inglesa las eliminaron para hacer más fácil la lectura.

La historia empieza cuando el franciscano Guillermo de Baskerville (interpretado por Sean Connery, que hace un espléndido papel, y su discípulo Adso  de Melk (Christian Slater) llegan a la abadía donde tendrá lugar una importantísima reunión entre los franciscanos, que protestan por la riqueza y el lujo del papado, y los cardenales, representantes del papa que defenderán su posición. Por supuesto, hay más historias entrelazadas. En el camino, Guillermo de Baskerville señala algunos incidentes que le parecen sospechosos: por ejemplo, hay unas huellas extrañas en la nieve y encuentran un caballo que anda suelto. A partir de estos signos, Guillemo de Baskerville iniciará una investigación para resolver las misteriosas muertes que han tenido lugar en la abadía. Va a indicar numerosos detalles que le parecen significativos y que muestran el deseo de Umberto Eco de incorporar la semiótica en su narrativa.

Entre las numerosas publicaciones del filósofo italiano se cuentan las siguientes: Obra abierta (1962), Apocalípticos e integrados (1964), La estructura ausente (1968), Tratado de semiótica general (1975). En estos libros explica su teoría de la semiótica, que continúa lo que Ferdinand de Saussure había  propuesto en su libro sobre semiología. Es decir, que todas las cosas y actitudes comunican, son signos que el lector debe interpretar por lo que debe existir una estrecha colaboración entre el autor y el lector. Vino después  Lector in fabula (1979) que no alcanzó el éxito de los antes mencionados.  Escribió también una difícil novela El péndulo de Foucault, publicada en 1988, y que no tiene nada que ver con el filósofo  francés Michel Foucault. En el año 2000 recibió el premio Príncipe de Asturias.

La norteamericana Harper Lee no alcanzó gran notoriedad en su país. Sin embargo, puso de manifiesto el racismo que había en el deep South  como también lo hicieron la escritora Carson McCullers en sus magníficos relatos y, principalmente, el novelista William Faulkner.  En la novela mencionada se trata de un abogado blanco que acepta defender a un campesino afroamericano acusado de haber violado a una mujer blanca. Está basada en un incidente real ocurrido en la ciudad de Monroeville, en el estado de Alabama, su pueblo natal, durante el período de la gran depresión,  y del que se enteró cuando tenía diez años.  

Cuando se pensó en llevarla al cine, actores como James Stewart rehusaron representar el papel del abogado  Atticus Finch,  que fue aceptado finalmente por Gregory Peck, quien, en mi opinión, hizo un espléndido trabajo. El filme obtuvo tres Óscares. Tanto la novela como el libro son una denuncia contra la injusticia social, pero también se aprecia la pérdida de la inocencia.  Harper Lee escribió después otros relatos, pero no alcanzó gran fama.

Resulta sorprendente,  como lo señalo al inicio, que hayan fallecido el mismo día. Ambos jugaron un rol importante para la literatura. Los textos sobre semiótica abrieron otras posibilidades tanto para la crítica literaria como para la cinematográfica. La novela de Harper Lee fue una fuerte denuncia contra la injusticia social  que todavía se da en muchos lugares. Recordemos, por ejemplo, a los afroamericanos muertos por los policías cuando no se detienen de inmediato. No hay que olvidar tampoco que cuando el huracán Katrina  golpeó Nueva Orleans en 2005, los últimos en ser evacuados de  algunos asilos y hospitales fueron los afroamericanos.


Leí To Kill a Mocking Bird hace muchos años (lamentablemente, desapareció de mis libreros seguramente en alguna mudanza) y vi la película porque Gregory Peck fue uno de mis actores preferidos. En mis clases de literatura en la Universidad Vasconcelos seguí la teoría de la semiótica para el análisis literario y vimos la película. Los presupuestos filosóficos de Eco son indispensables para la carrera de Comunicación. 

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