sábado, 26 de marzo de 2016

Castillo Nájera y su corrido "El Gavilán" escrito en 1934.

FRANCISCO CASTILLO NÁJERA Y SU CORRIDO GRANDE "EL GAVILÁN"

El doctor Francisco Castillo Nájera nació en Durango en 1886 y falleció en la Ciudad de México en 1954. Después de haber cursado la secundaria y la preparatoria en el Instituto Juárez, viajó a la capital del país para estudiar la carrera de medicina, que concluyó en 1913. Su carrera como médico es brillante y vale la pena señalar dos o tres de sus logros; por ejemplo, fue director del Hospital Juárez, director de la Escuela Médico Militar y del Hospital Militar.

Sin embargo, poco después se incorporó al servicio diplomático; fue embajador en China, en los Estados Unidos, en Bélgica, en Holanda y en Francia, además de miembro del Consejo de la Sociedad de las Naciones. Debemos, asimismo, señalar que colaboró con el presidente Lázaro Cárdenas del Rio durante el proceso para la nacionalización del petróleo y que, según Helena Paz, fue él quien impulsó la carrera diplomática de su padre, Octavio Paz.

Precisamente, en 1934, cuando era embajador en Francia dedicó parte de su tiempo a escribir el corrido grande El Gavilán, que narra la vida y las aventuras de  Jesús Cienfuegos, El Gavilán, apodo que, según Manuel Salas, autor del estudio introductorio de la versión publicada por el Instituto de Cultura de Durango dentro del conjunto de autores del 450, simboliza  un  ave de rapiña que se alimenta de presas más pequeñas,  representando  “la usura y la rapacidad”.

El corrido está dividido en varias secciones: Introducción, Mocedades, Apogeo, Carnitas, Marihuana, Sorpresa, Destierro, Reconquista, Amor, Reborujo, Ruina, Provocación, Disputa, Sigue, Desenlace, Después y Perdón. Vienen al final unas notas y un glosario. Está escrito en cuartetas de versos octosílabos, con rima ABAB, que significa que los versos en A terminan de la misma manera (cerro/fierro/ y los que concluyen en B, de igual forma (Mercado/significado). Es la rima típica del corrido, incluso de los actuales, y los versos octosílabos son fáciles de memorizar.

El apartado “Mocedades” inicia con la siguiente estrofa que nos permite situarnos en la época en acontecerán los sucesos:

                                        Los episodios y cuentos
                                        Que este corrido comenta
                                        Son hasta mil novecientos
                                        Desde ochocientos setenta.

En la tercera estrofa de este mismo apartado Castillo Nájera introduce a su personaje:

                                        Hubo un tal Jesús Cienfuegos
                                        Por alias “El Gavilán”
                                        Siempre metido en rejuegos
                                        Y bravo como alacrán.

El Gavilán es un personaje amante de luchas y pleitos, por lo que llega a estar en la cárcel en varias ocasiones. Una vez fue desterrado a Torreón y no hubo castigo peor para él:

                                        Suele sentir una garra
                                        Qu’el corazón li atormenta
                                        Y tanto se lo desgarra
                                        Qu’es ya una garra sangrienta.

                                       -Vuélvete a tu tierra, grulla,
                                        Nu hay suelo como tu suelo,
                                        Esta tierra nu es la tuya,
                                        Aquí no levantas vuelo.

El amor llega tarde a la vida de El Gavilán y es de corta duración. La esposa muere de parto y esto hace que Jesús, ya viejo, pierda interés en la vida y se deje morir. En la sección “Después”, el autor nos presenta así el desenlace de su historia:

                                        Ya entrado el siglo presente,
                                        Dijo un órgano local
                                        Que el cuerpo di un insolvente
                                        Se hallaba en el hospital;

                                        Qu’era el cadáver di un hombre
                                        Perverso, matón y biodo,
                                       Jesús Cienfuegos por nombre,
                                       Y “El Gavilán” por apodo.

                                        De congestión cerebral
                                        Se lo llevó la güesuda,
                                        Según l’autosia legal ,
                                        Que no sabe lo qu’es cruda.

Desde mi punto de vista, llama la atención que estando lejos de Durango y habiendo transcurrido tantos años desde que se alejó de su tierra natal, Castillo Nájera haya podido recrear el lenguaje popular y algunas características que todavía hoy se escuchan en el habla popular. Por ejemplo, el cierre de la o en u, como en: “nu hay manís que lo recuerde”  y de e en i como en “si arrimaron los demás”.

En su comentario sobre este corrido, Ermilo Abreu Gómez opina que “En su redacción prevalecen los términos populares que el castellano crea entre las masas. Lleva así en su espíritu el ansia de una clase típica: la mestiza”. Además, lo compara con el poema argentino  Martín Fierro, de José Hernández porque, escribe los dos “se ciñen al impulso de condiciones étnicas semejantes”.

Castillo Nájera guardaba en su espíritu un amor grande por su terruño natal.  Por ello, escribió el poema Encargo donde pide al viajero que va para Durango que, a su regreso, le lleve un poquito de la tierra del Calvario y así escribe estas dos estrofas:

                                         Con el polvo milenario
                                         De la tierra en que nací
                                         Voy a hacer el relicario
                                         Más precioso para mí.

                                         Será siempre mi consuelo,
                                         Mi segura protección,
                                         El girón del patrio suelo
                                         Pegadito al corazón.

En Durango no se han reconocido los méritos de Castillo Nájera. Por ello, creo que ha sido un acierto incluir su poema dentro de la publicación de los Autores del 450.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario