EXCURSIÓN PARA VER A
LAS LUCIÉRNAGAS
Amigos lectores, ¿se acuerdan de
las luciérnagas? Especialmente ustedes, los que viven en ciudades iluminadas y
lejos del campo. Entonces, recordémoslas hoy aunque también hace mucho tiempo
que no las he visto y hasta pensaba que ya estaban extintas. La buena noticia
es que no es así. En inglés, la luciérnaga se llama firefly.
Hace unos días me enteré por una
amiga que vive en la Ciudad de México que había ido en una excursión a ver las
luciérnagas. Me sorprendió, aunque sé
que allá se organizan excursiones para todos los gustos y para diferentes tipos
de interés. El caso es que se inscribió
para disfrutar de la excursión aun cuando su visión es ya muy deficiente. El
grupo partió al atardecer para arribar de noche al cerro donde verían a los
insectos de luz.
El grupo se reunió en el
monumento al Ángel de la Independencia, en el Paseo de la Reforma. Supongo que al
guía casi se la habrá congelado la sangre al enterarse de que llevaba en su
grupo a una persona de 78 años que apenas podía ver, pero se portó como todo un
caballero y, en mi opinión, al regresar se merecía una medalla al mérito.
Mi amiga me contó que empezó a
ascender al cerro (no me supo explicar por qué rumbo), pero llegó un momento en
que ya no pudo más pues apenas veía los obstáculos del camino y terminaba metiendo los pies en un hoyo, así que decidió
quedarse debajo de un árbol para no entorpecer más la caminata. Le dijo al guía:
“por favor, no vaya a olvidarse de dónde me quedé. Aquí lo espero”. Llevaba una
chamarra verde con capucha y ella es muy blanca.
No recuerda cuánto tiempo
transcurrió desde que se quedó sola y sí alcanzó a ver unas luciérnagas que
volaron cerca de donde estaba. Al fin, regresó el guía (que seguramente respiró
con alivio), aunque ella piensa que se asustó al verla ahí con su indumentaria
y la cara blanca, blanca. Regresaron a la Ciudad de México, ella tomó un taxi
para ir a su casa y al día siguiente estaba feliz por su audacia. Ahora está
dispuesta a ir en la excursión a Cacaxtla, aunque no pueda apreciar los
murales. Quizá está harta de pasar sola los domingos, frente a un televisor que
apenas puede disfrutar. Ir en una excursión y acompañada es mucho mejor.
Según la información que obtuve
del internet, las luciérnagas, también conocidas como bichos de luz, son unos
insectos que miden aproximadamente 2.5 cms. Pertenecen a la familia de los
lampíridos, viven en entornos cálidos y en regiones templadas. Les encanta el
verano. Sus órganos lumínicos se hallan debajo del abdomen y la humedad del
ambiente, no la lluvia, les permite absorber oxígeno y entonces brillan por
doquier. La luz también puede servir como un mecanismo de defensa para
ahuyentar a los enemigos.
En la Ciudad de México es posible
conseguir todo tipo de excursiones para el fin de semana. Recuerdo haber ido
con una amiga por primera vez a Cuetzalan, que era un lugar mágico en el estado
de Puebla, antes de que Televisa filmara ahí una telenovela que puso al
pueblito en el mapa y la gente se apresuró a visitarlo. Estuve ahí un 4 de
octubre, que es el aniversario de San Francisco de Asís, el santo patrón del
pueblo, y me encantó la forma como decoraron la fachada del templo con flores
de calabaza y vegetación propia de la zona. La segunda vez que lo visité había
perdido, en mi opinión, todo su encanto. Había muchísima gente, discotecas que
rompían toda la noche la tranquilidad del ambiente, los autobuses se quedaban
estacionados a la entrada del pueblo porque no pueden subir por los angostos
callejones recubiertos de piedras y la multitud impedía que uno caminara
tranquilamente por los callejones empedrados.
Hoy no volvería a ir, pero sí me
encantaría unirme a un grupo para ver a las luciérnagas, aunque corro el
riesgo, igual que mi amiga, de quedarme sentada debajo de un árbol porque ya no
puedo ascender al cerro. Sin embargo, creo que no soy tan valiente y veré a las
luciérnagas en mi memoria, cuando pasábamos los veranos en la Villa de Nombre de
Dios y en la oscuridad de la noche (no había luz eléctrica) disfrutábamos de
las abundantes luciérnagas que iluminaban el paisaje.
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