Cape Girardeau, Mo.,
5 de octubre de 1957
Mis queridos Papá Chuy y Mamá Pina:
Un millón de gracias por el cheque, me va a servir mucho.
Aquí ya hace mucho frío, pero a
mediodía hace calor. Además, a las 6:30 p.m. está completamente obscuro. Es muy bonito
caminar por los jardines y el bosque en este tiempo pues todos los árboles
tienen hojas de distinto color y sopla un vientecillo medio frío, pero a gusto.
No se imaginan qué cumpleaños más
bonito tuve. Comencé desde el día 3, pero eso lo leerán en la carta de mi mamá,
así que les contaré mi fiesta de anoche. Comimos a las 5:30 p.m. y después me
vine encarrrerada al cuarto, me puse unos pantalones y una blusa y me fui a la
lavandería para lavar mi ropa en la lavadora y poder plancharla hoy sábado.
Cuando acabé, como a las 6:30
p.m., me iba a venir a mi cuarto a escribir cartas, pero una de las muchachas
vino y me dijo que me fuera a su cuarto, en el piso de abajo, a oír discos y
yo, muy confiada, la seguí. Luego, como
a la media hora, alguien le habló y entonces me dijo: “Phyllis tiene un vestido
nuevo. ¿No quieres subir a verlo?” Y dejó que me adelantara. Imagínense cuál
sería mi sorpresa al entrar al cuarto en
esas fachas. La mayoría de las muchachas muy bien vestidas, todo muy adornado y
una mesa preciosa con dos pasteles, bizcochos, café, regalos y tarjetas.
Para colmo de desgracias, me tomaron
fotografías con la boca abierta y los ojos pelones. Me cantaron Happy birthday y me regalaron unos
pantalones de lana, lindos, una blusa blanca estilo camisero, aretes, pañuelos
y muchas tarjetas firmadas por todas las chicas del dormitorio. El regalo
sorpresa fue un tigre de peluche, muy grande, porque yo había comentado que
nunca había tenido un peluche. Estaba tan sorprendida porque fingieron tan
bien; yo las había invitado a comer pastel en mi cuarto y todas me dijeron que
no podían porque iban a salir o tenían algo qué hacer, así que yo estaba muy
desconsolada, pero luego me sentí tan feliz. Tan monas, invitaron a Miss
Cleaver y a la chica de Panamá. Nos divertimos cantidad.
Saludos a todos y no dejan de
escribirme. Reciban todo el cariño de su nieta que no los olvida.
María Rosa
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