miércoles, 26 de agosto de 2015

BARAK OBAMA Y EL PREMIO NOBEL DE LA PAZ

BARAK OBAMA Y EL PREMIO NOBEL DE LA PAZ


Cuando el recién electo presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, recibió el Premio Nobel de la Paz en 2009 (el mismo año en que tomó posesión de su cargo)  por proponer como objetivos importantes de su gobierno el desarme nuclear, buscar la paz en Medio Oriente y apoyar la  lucha contra el cambio climático que en su país los ciudadanos no consideraban importante, muchas personas en el mundo opinaban que  había muchos otros candidatos con mayores méritos que Obama. Ahora que está por concluir su mandato, consiguió un logro importantísimo desde mi punto de vista: reanudar las relaciones diplomáticas con Cuba  que se interrumpieron el 3 de enero de 1961.  Por ello, el 14 de agosto de 2015 la bandera cubana ondeó en la capital de los Estados Unidos.

En 1964, el escritor Irving Wallace, en su novela The Man,  profetizaba que a pesar de los conflictos raciales, un día un afroamericano llegaría a ocupar la Casa Blanca. Ese hombre fue Barak Obama que, junto con su familia, ha habitado en esa mansión durante ya casi ocho años.

Obama ha tenido una vida sumamente interesante. Para empezar, nació en Hawaii en 1961, hijo de un africano, Barak Obama, de la tribu keniana de los Luo que, en 1959, cuando tenía 23 años, llegó a la Universidad de Hawaii. Fue el primer estudiante llegado de África. Estudió econometría  y en tres años se graduó como el primero de su clase. En un curso de ruso, conoció  a una chica blanca, Ann Dunham,  con la que contrajo matrimonio. De esa pareja nació Barak Obama, el actual presidente de los Estados Unidos.

Al concluir sus estudios, en 1963,  Obama padre decidió regresar a su país para ayudar a su desarrollo. Su esposa decidió no seguirlo y se quedó en Hawaii. El niño tenía apenas dos años y no volvería a ver a su padre sino hasta 1967 –y eso por un mes apenas- cuando cumplió seis años, tres años después de que Martin Luther King fuera galardonado con el Premio de la Paz. Quizá algo premonitorio.  

La madre de Obama contrajo matrimonio después con un hombre de Indonesia, por lo que la familia vivió en ese país. El propio Obama narra en su libro Dreams from my father (1995) que durante esos años él no estaba consciente de la discriminación racial. En el país asiático el color de su piel  no era tan diferente al l de los otros niños. Cuando llegó a Los Ángeles para proseguir sus estudios, se estrelló contra la discriminación pero sobrevivió. Después, se estableció en Nueva York, donde fue aceptado en la prestigiosa  Universidad de Columbia. Al graduarse, en 1983  decidió emigrar a Chicago para convertirse en un community  organizer (una especie de gestor) con el propósito de ayudar a las comunidades afroamericanas a luchar por sus derechos civiles y a mejorar sus condiciones de vida. Así empezó su carrera política. Luego, fue elegido senador y de ahí daría el gran paso hacia la Casa Blanca.

El 7 de febrero de 1962 el presidente John F. Kennedy decidió el bloqueo a Cuba. Este año, cincuenta y tres años después de esa decisión, Barak Obama y su grupo decidieron poner fin a ese bloqueo, aunque el embargo todavía continúa vigente, y el 14 de agosto de 2015 será recordado como la fecha en que la bandera de los Estados Unidos ondeó en la antigua sede de la embajada de ese país en Cuba. Cuando el muro de Berlín fue derribado en 1989 se sabía de la intervención del papa  Juan Pablo II en las negociaciones que concluyeron con la demolición del muro. Ahora, se comenta que en reuniones secretas en Obama y el papa Francisco hablaron sobre la posibilidad de reanudar las relaciones con Cuba.

Además de sus proyectos originales, Obama había decidido al comienzo de su mandato modificar en cierta forma los servicios de salud para los indocumentados. La propuesta no prosperó porque fue bloqueada por los republicanos. Lo mismo sucedió con la reforma migratoria que tampoco tuvo éxito. Ahora, el mundo espera para ver cuáles serán las consecuencias de la reanudación de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos.

Yo estuve en Cuba en 1982 con un grupo organizado por el Instituto Cultural Cubano. Fue una experiencia interesante pero la sensación que me quedó, independientemente del asombro por el avance de la educación, fue que el tiempo se había detenido en los años cincuenta. Regresé en 1985, acompañada por una compañera universitaria, ambas como invitadas oficiales del gobierno cubano para una serie de conversaciones con profesores cubanos sobre los métodos de enseñanza del español para extranjeros. Dada nuestra misión, fuimos tratadas a cuerpo de rey. Observé que algunos edificios estaban restaurados y había más alimentos disponibles, pero quizá sucedió porque estábamos alojadas en el Hotel Tritón que albergaba a muchos extranjeros de aspecto ruso o checoeslovaco.

He leído a muchos autores cubanos tanto a los que se fueron como a los que se quedaron y a los que lucharon por la independencia de Cuba; por ejemplo, José Martí. . Recientemente, al gran Leonardo Padura que será galardonado este otoño con el Premio Príncipe de Asturias por su obra literaria.


Ojalá la reanudación de las relaciones entre ambos país sea para bien de ambos y que Cuba no sea nunca más el “burdel” de los Estados Unidos, como decía Fidel Castro, y que los prisioneros políticos sean liberados.    

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