miércoles, 23 de septiembre de 2015

Patrick Modiano, ganador del Nobel de Literatura en 2014

EL DELGADO HILO ENTRE PATRICK MODIANO Y ADOLF HITLER

¿Qué relación hay entre estos dos personajes tan separados uno del otro en el tiempo? Pues, fuerza es admitirlo, porque el segundo y la hecatombe en que sumió al mundo fue definitiva para la creación literaria del escritor francés Patrick Modiano (1945), galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 2014 por su obra completa pero, principalmente, por su novela Dora Bruder (2014).

Hijo de de un padre judío y de una actriz belga, Modiano nació en Boulogne-Billancourt en1945  cuando se arrojaron las bombas atómicas Fat Man y Little Boy sobre las ciudades japonesas Hiroshima y Nagasaki,  precisamente el año en que terminó la segunda guerra mundial por lo que no vivió la terrible experiencia del nazismo pero su novela sí tiene mucho que ver con este terrible período de la historia.

Por otra parte, hace varios días algunos periodistas y comentaristas de la televisión –entre ellos, Sergio Sarmiento- recordaron que este año se cumplen noventa de la publicación de Mein Kampf (Mi lucha), es decir, el  ideario de Adolf Hitler, o manual del nacionalsocialismo que condujo a la persecución y ejecución de millones de judíos durante la segunda guerra mundial que se inició  en 1939 con la invasión de Checoslovaquia.

Como bien señala Adolfo García Ortega en el prólogo a esta edición de Dora Bruder, “la novela arranca del encuentro casual, en un periódico de 1941, de un pequeño suelto en que los padres avisan de la desaparición de su hija”, recurso literario que ha sido empleado en muchas ocasiones por distintos escritores  quienes a partir de un anuncio de periódico, de una foto antigua, de un anuncio en un camión, son capaces de urdir una novela o un cuento.  Como la dirección de los padres de Dora coincide con el barrio donde el narrador (que en ocasiones se confunde con el autor) vivió su infancia, la noticia atrae su atención y empieza a investigar.

Dora Bruder es una chica, de 15 años de edad, mide 1.55 m. de estatura y vivía en un internado religioso, llamado del Sagrado Corazón de María, y a cargo de las Hermanas de las Escuelas Cristianas de la Misericordia. El día que sale del internado vestía  “un abrigo sport gris, pullover burdeos, falda y sombrero azul marino, zapatos sport marrón”. ¿Por qué salió del internado? ¿A dónde se dirigía puesto que no llegó a casa de sus padres? Son preguntas que quedarán sin respuesta.
¿Cómo había escapado Ernest Bruder, padre de Dora, de ser detenido en la redada de 1941? Había emigrado Francia procedente de Austria, pero era hijo de una familia judía. La madre, Cecile Bruder, fue detenida el 16 de julio de 1942, el día de la gran redada y enviada a Drancy; sin embargo, poco después es liberada porque había nacido en Budapest y no había evidencia clara de que fuera judía.  

Al iniciar la pesquisa sobre el paradero de Dora, el narrador carece por completo de información, pero la paciencia y la constancia le permiten reconstruir no sólo la historia de la familia, sino del barrio donde vivieron. Por supuesto, todos esos sitios frecuentados por los Bruder han cambiado, incluso el colegio ha desaparecido. Sin embargo, las largas caminatas del narrador le ayudan a comprender el ambiente que se vivió durante esos días terribles, llenos de miedo, de la historia de los judíos.

Al ir jalando los hilos de la historia y bucear por horas en los escasos archivos disponibles (los alemanes destruyeron todo al abandonar París) va dándose cuenta de que no fueron cinco ni diez las personas desaparecidas, sino miles, incluso muchas jóvenes de la edad de Dora, por ejemplo, Violette Joël, Nelly Trautmann, Marie Grossman, Paulette Gothlef, por mencionar unas cuantas. Aun cuando sus padres escribieron al prefecto de policía solicitando información sobre sus hijas, nunca recibieron una respuesta.

El autor logra a través de sus páginas comunicarnos la angustia experimentada por todos esos seres que sabían que tarde o temprano iban a ser deportados al este. Hay muchos nombres, pero las vidas se parecen: son hijos de judíos emigrados, modestos, sin educación y que trabajan como obreros. Habitan en una sola habitación en un quinto piso y se esfuerzan por dar a sus hijos una vida mejor. Las calles y los barrios que recorre el autor-narrador en su búsqueda de Dora le permiten reconstruir ese París de la ocupación alemana.  


La novela de Modiano es un libro breve, a veces da más la impresión de ser un reporte de investigación. No obstante, conmueve al lector. Y como él nació en 1945, es inevitable recordar a Hitler y la hecatombe en que sumió al mundo como consecuencia de su libro Mi  lucha en el que tenía una fe ciega.  Este hecho y la historia de Dora Bruder permite que, de alguna manera, uno y otro estén unidos por un delgado hilo que no puede romperse.  

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