domingo, 15 de octubre de 2017

Audrey Hepburn, una formidable actriz en cualquier papel que le propusieran

LA PRINCESA QUE QUERÍA VIVIR


Tal es el título de una de las películas con que nos obsequió la Cineteca Municipal de Durango en un ciclo de filmes retrospectivos de los años cincuenta. Esta película llevaba el título original de A Roman Holiday, protagonizada por Audrey Hepburn y Gregory Peck. Pero en México, para atraer más al público, le pusieron el nombre que aparece al inicio de este texto.

Fue la primera película que la actriz belga Audrey Hepburn, que hablaba el inglés con una deliciosa entonación, filmó el cine estadounidense. Tuvo, además, la fortuna que, por primera vez, la película no se filmó en los estudios de Hollywood con escenarios ficticios, sino que realmente fue rodada en Roma, lo que añade interés a la cinta.  Es una delicia tener la oportunidad de ver de nuevo, aunque sea en el cine, los hermosos lugares de Roma como la Fuente de Trevi, la Plaza de España, el Coliseo y tantos más.

En la película, la princesa Audrey Hepburn no puede dormir bien y le inyectan un somnífero. La ventana está abierta y ella se escapa, pero se queda dormida en un banco en una calle. Por ahí pasa el periodista Jeff Bradley (Gregory Peck) que se preocupa por ella, además piensa que si no fuera porque está ahí, juraría que es la princesa que llegó a Roma en una visita oficial.

La lleva al cuarto que renta en un edificio modesto y la deja dormir en un sofá. Al despertar, ella se asusta pero decide pasar un día lejos de sus obligaciones habituales. El periodista piensa  en escribir un reportaje sensacional sobre la fuga de la princesa y ganar un buen dinero. Al final de la película se arrepiente porque hay entre los dos un ligero enamoramiento.

Durante el día la princesa disfruta de cortarse el pelo (el peluquero la invita a ir a bailar en la noche el lado del río), de comerse un helado, de cambiar sus elegantes zapatos por una sencillas sandalias y, sobre todo, de la libertad. Al final del día comprende que debe volver al palacio porque tiene responsabilidades y se despide de Jeff pidiéndole que no la siga. Ésta la deja en una esquina y cumple con lo que ella le pidió.

Al día siguiente hay una rueda de prensa con los periodistas extranjeros. Entre ellos se encuentra Jeff Bradley. Luego de contestar las preguntas, dice a sus asistentes que desea saludar  los periodistas. Baja la escalera y se aproxima. Para todos, tiene un saludo o una palabra amable. Cuando llega adonde está Jeff, le dice: “So glad, Mr. Bradley”, que es la despedida y el final de la película. Un momento antes recibe las fotografías que le tomó el otro periodista que pensaba colaborar en el reportaje y que se arrepiente de ello.

Ésta fue la primera película que filmó Audrey Hepburn en Hollywood en 1943 bajo la dirección de William Wyler. Así comenzó su carrera en el cine en el cual protagonizaría muchas otras películas como “Amor en la tarde”, “Sabrina”, “Breakfast at Tiffanys”, que sucede en Nueva York, “Historia de una monja”. Aquí, en Durango, en 1959, filmó “The Unforgiven”, que se tradujo como “Lo que no se perdona”, donde compartió créditos con Burt Lancaster y un selecto reparto.



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