lunes, 21 de julio de 2014

Construcción de amistad entre Evodio Escalante y María Rosa Fiscal

LA CONSTRUCCIÓN DE UNA AMISTAD





Hace años que, con seguridad Evodio y yo nos cruzamos algunas veces por las calles de la entonces pequeña Ciudad de Durango, pues todos convergíamos en la Plaza de Armas. La siguiente vez que nos vimos fue en 1979,  en el aeropuerto de la Ciudad de México, a punto de abordar el avión para viajar a Gómez Palacio. Yo viajaba a recibir una mención especial en el concurso de ensayo José Revueltas (aunque me trataron como si hubiera sido la ganadora) y Evodio,  junto con Yvette Jiménez de Báez, había sido jurado en ese concurso. Poco después, una hermosa mañana de primavera, en el jardín del Centro de Enseñanza para Extranjeros, organizamos una lectura de poesía. Evodio participó junto con otros escritores. Leyó varios poemas, pero el que más  recuerdo, y que hoy me parece que no ha perdido actualidad, es “Tijuana Moods”. Otro que me gusta mucho es ”Pequeño biografía”, ambos incluidos en el volumen Todo signo es contrario (1989).

En 1998 cuando me invitaron a encargarme de la antología sobre los poetas de Durango, busqué el auxilio de Evodio porque yo sólo conocía a los tres grandes, Zarco, Campobello y Revueltas, además de Olga Arias.  Me orientó y me indicó quíénes eran importantes en esos días en Durango y dónde podría investigar. Varias veces, los viernes, nos reunimos en la cafetería de la Librería Gandhi para comentar cómo iban mis avances. Hoy, como entonces, gracias Evodio.

Ya viviendo yo en Durango, en el año 2000, fui invitada a presentar un breve trabajo sobre los escritores de Durango en el Congreso de Literatura Mexicana organizado por la Universidad de Texas en el El Paso. Propuse, primero, un texto donde brevemente mencionaba muchos escritores. Me solicitaron, entonces, que me redujera a tres. El resultado de esa selección fue el trabajo “Leyva, Mijares y Escalante: tres exponentes de la literatura durangueña” que posteriormente se publicó en la revista de la UTEP.

Evodio es hoy uno de los mejores críticos de literatura en el país. Entre sus últimas publicaciones se cuentan Las sendas perdidas de Octavio Paz (UAM, 2013), y Aproximaciones a Walter Benjamin  (Editorial Mambrin, 2012), además de una reseña sobre la revista Proa (1924-1926), que se publicó en la Nueva Revista de Filología Hispánica, núm. LXI.


Hoy, aprecio y admiro a Evodio Escalante Betancourt y respeto nuestra amistad, como respeté la amistosa relación que tuve con su padre. Me congratulo que sea uno de nuestros mejores escritores y le deseo muchos éxitos. Felicidades, Evodio, porque tus obsesiones literarias (como lo dices en tu poema “Obsesiones”), se te  han trepado y recorren el mundo literario montadas en tus hombros, por lo que ”ya  sólo les sirves de caminante torre”. Pero ha valido la pena. 



No hay comentarios.:

Publicar un comentario